El pasado 3 de julio llevamos acabo nuestro encuentro de verano. Teníamos un reto para esta ocasión: experimentar y trabajar con productos cercanos y de temporada. Como pudisteis ver en el post que dedicamos a las elaboraciones del encuentro los protagonistas fueron el queso y la cereza, productos de una altísima calidad, cercanos, conocidos y no siempre suficientemente valorados.
La jornada comenzó temprano, en Centelles, donde los miembros del Colectivo visitaron la quesería del Molino de la Llavina. Este centro de producción artesanal ubicado en uno de los molinos más antiguo y con más historia de la península ibérica elabora diversas variedades de queso de leche de vaca y de cabra. Los responsables del molino explicaron al grupo de pasteleros en qué consistían los procesos de elaboración de cada variedad de queso, los baremos de calidad del producto y las cualidades de éste como materia prima y como base para elaborar productos a partir de sus quesos. La acogida de la familia de queseros y molineros fue espectacular y además de su experiencia y conocimiento nos ofrecieron un desayuno con sus productos: sencillamente espectacular.
Después de la visita y la degustación de quesos, el grupo se desplazó hasta la población de Calldetenes, al restaurante Can Jubany donde se llevó a cabo la comida del grupo. En este emplazamiento y acompañados por el mismo chef Nandu Jubany y su equipo, el colectivo realizó la presentación y posterior degustación de su bufete. Nos sorprendió a nosotros mismos ver como a partir del mismo producto se pueden ofrecer elaboraciones tan distintas, jugando con las técnicas, las variedades, las presentaciones, etc. El momento brix por excelencia es precisamente el del bufet, donde podemos compartir entre nosotros y con los que nos acompañan el porque de nuestra elaboración, sus secretos y su degustación.